El bronce es la aleación metálica más usada del mundo antiguo. Se
requiere de una
cultura conocedora de las técnicas del trabajo en
cobre y bronce para que se consiguiera desarrollar la tecnología
requerida para la explotación del hierro. El punto donde se origina
la extracción y procesamiento del hierro es difícil de precisar con
exactitud, tanto por la posibilidad de que el proceso de la
extracción del hierro se diera de forma simultánea en distintos
pueblos, alejados geográficamente y además porque el hierro ya se
encontraba en cantidades abundantes en casi todo el mundo. Incluso se
cree que los primeros fragmentos de hierro no requirieron de una
labor de minería sino que más bien fue recogido del suelo en zonas
donde abundó el material y lo que posteriormente requirió fue el
desarrollo de la técnica para labrar el material
De
hecho, los estudios concuerdan en que fue en Oriente donde se originó
esa técnica para trabajar el hierro. Algunos, sostienen que a raíz
de los conocimientos técnicos para trabajar otros metales como: el
oro, el cobre, la plata y la aleación del bronce, se descubrió el
hierro como un sub-producto de estas
fundiciones. Quienes conocen
de la avanzada metalurgia China, le atribuyen a esta cultura el
descubrimiento del hierro, incluso siglos antes que a los europeos.
No obstante, la cronología arqueológica muestra que se usó
generalizadamente el hierro en las montañas de Armenia y en la
región de Anatolia (actual Turquía). En este último sitio, se
consiguió la extracción del mineral hierro por parte de los Hititas
y se trabajó a partir del material en bruto, por medio de un alto
calentamiento. El material resultante, se martillaba para que fuese
consolidado.
Por
sus cualidades físicas de maleabilidad y dureza, así como la gran
cantidad de mineral disponible, el hierro empieza paulatinamente a
tomar el lugar del bronce. La transición hacia la Edad de Hierro en
Oriente se dio paulatinamente del siglo XII al V a. C. Los hititas,
altamente militares, rivalizaron con los babilonios, asirios y los
egipcios, por lo que apuraron el uso del hierro en la guerra y así,
este tipo de arma llegó a sustituir a las de bronce. Luego de que
desapareció el imperio Hitita fue posible la generalización del
hierro a territorios más amplios.
Por su
lado, los herreros obtuvieron acepciones negativas, lo mismo que
positivas en todas las culturas, quizás por su vinculación a la
guerra y sus males, con lo cual fueron etiquetados en diferentes
partes del mundo como gigantes o demonios, tanto civilizadores como
destructores.
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