miércoles, 17 de abril de 2013

El Fuego y sus Cuidados



   Estas fotos las tome en lo que era mi taller hace unos años en Costa Rica, se que su calidad deja mucho que desear y espero cambiarlas por unas mejores pronto, pero por ahora es lo que hay y  confió en que contribuyen aclarando un poco el proceso.


El fuego es un elemento relevante en la forja. Aunque el fogón sea grande, la cantidad de fuego requerida es pequeña. Lo normal es conseguir carbón de madera y desmenuzarlo en partes pequeñas, como se observa en la imagen de la derecha.










Este carbón desmenuzado, se extiende en la fragua y se deja un hueco directamente sobre la salida de aire. De igual forma el carbón se hará quebradizo si el fuego está encendido.
Los pasos para encender el fuego son:

A.   En un hueco formado en medio del carbón, se introducen papel y astillas de madera colocadas sobre la salida de aire y se encienden poniendo carbón sobre ellos.

B.   Poco a poco, se empuja el carbón sobre el fuego y se enciende el soplador.

C.  

 H
Hay que humedecer el carbón que rodea el fuego (a veces se humedece todo antes de comenzar) para que éste no se extienda más de lo necesario.  Para esta labor, se emplea una pequeña regadera de mano, que puede ser una lata perforada, con una varilla como mango.



D.   El carbón es empujado al fuego conforme se va calentando y quemando.

E.   Se recomienda un fuego de unos quince centímetros de diámetro.

F.   El fuego está en su punto cuando los pedazos de carbón se hacen más pequeños (como de una pulgada) y se aprecia claramente una flama central, tal y como se aprecia en la siguiente imagen.






G.  El carbón húmedo alrededor del fuego, regresa el calor hacia adentro y consume el oxígeno impulsado.

H.   Un fuego muy abierto y con mucho oxígeno, es difícil para calentar en forma pareja. A este tipo de lumbre se le llama según Blandford (1983), “fuego  oxidante” y al estar rodeado por carbón humedecido y más profundo, se le llama fuego “reductor”.

I.      El hierro debe colocarse en el centro del fuego y con carbón encendido sobre sí, nunca cerca del aire, sino con una abundante cama de carbón. Con práctica y varias pruebas se logrará llegar al rojo vivo del hierro rápidamente y sin producir mucho humo como se observa en la imagen siguiente.





      
Tabla de temperaturas de forja y color de incandescencia

Temperatura
Color de incandescencia
Temperatura de forja
1250…1300ºc
Blanco
(temperatura para temple)
Acero aleado y de construcción
1050…1250ºc
amarillo claro
900…1050ºc
amarillo rojizo
650…900ºc
rojo claro o cereza
580…650ºc
rojo pardo

500…580ºc
rojo oscuro
Cobre, latón y bronce


viernes, 25 de enero de 2013

Herramientas de la Forja


El yunque es una pieza de acero fundido, utilizada como soporte al trabajar el metal sobre el metal. Los hay con diferentes formas y tamaños. Un yunque de unos cuarenta y cinco a noventa kilos, resultaría perfecto para la forja de esculturas; incluso, podría resultar útil una pieza grande de acero.
La forma más conocida del yunque y sus partes se presentan en el dibujo:






Hardie (agujero para colocar herramientas)
Cara (superficie de trabajo)
Mesa (para realizar cortes)
Cuerno (para formas cónicas o cóncavas)
Base (su peso evita que se voltee)




El yunque se coloca a unos sesenta centímetros del piso, con su cara más o menos a la altura de los nudillos. La base puede ser de madera o metal y en ocasiones se fija con clavos grandes para que no se mueva mientras se trabaja.
En cuanto a las herramientas de mano y su función es necesario aclarar que las herramientas para el fogón tienen la ventaja de que pueden ser hechas por el mismo escultor y además, si se dañan, son fáciles de reparar. Por tal motivo, el costo es mínimo.  las herramientas más básicas para alimentar y mantener el fuego a saber:
1: atizador.
2 y 3: palas metálicas pequeñas para cargar y acercar el carbón.
4: rastrillo para avivar el fuego y movilizarlo de una parte a otra del fogón y cerca del metal.
5: una regadera para humedecer el carbón que no está en la flama



El martillo es la herramienta básica del forjador, los hay de las más diversas formas y pesos. 
Al forjar, lo mejor es utilizar un mazo lo más pesado posible, pero que a su vez pueda controlarse. También se deben tener variedad de mazos, (tanto de bola como planos), para distintos proyectos. Su mango, requiere ser macizo, de una madera dura y de cabeza firme. Éste último punto resulta muy importante pues si el martillo tiene la cabeza floja o el mango en riesgo de quebrarse, podría rebotar con el metal, zafarse y herir al forjador o a cualquier otra personas que se encuentren en el taller. De ser necesario, se le puede meter una cuña o dos en el mango del mazo con el fin de afirmar la cabeza. Los martillos más básicos serían:



1: mazo de bola
2: mazo plano
3: marro (mazo de más peso, se usa a dos manos)





Los tajadores y triscadores (herramientas de corte) funcionan a manera de cinceles afilados para cortar los bordes, varillas o puntas. Por lo general, los artesanos del metal, si la pieza lo permite, prefieren su uso antes que el de las seguetas o discos de corte.





Los tajadores son similares a una punta de cincel afilado que se coloca en el hardie (agujero) del yunque. El metal por cortar va encima, los hay para corte en frío (más gruesos y resistentes) o en caliente (más afilados). Pueden ser de diferentes medidas y pesos. Comercialmente, existen hasta los de dos kilos y pueden ser fabricados por el escultor. Pueden tener diferentes formas dependiendo del corte deseado ya sea curvos o planos o angulares.
Triscadores: los triscadores son similares a un martillo con punta horizontal y una parte plana en el otro extremo, se ubican sobre el metal que se desea cortar y son golpeados con ayuda del mazo. Estas herramientas pueden ser de variadas formas y sirven para cortar en frío o en caliente. Asimismo, pueden usarse cinceles afilados.


Los suajes son utilizados para dar forma cilíndrica a una pieza, redondearla o bien para adelgazar una varilla. Los suajes vienen en parejas: una se coloca en el hardie y la otra es manual, con forma de un martillo cóncavo.  Para lograr formas nuevas, se puede usar un suajador y un estirador que prensa el metal caliente en medio (ejemplo de la gubia).

El abatanador funciona para alizar y estirar el metal, consta de dos partes: el accesorio del hardie y una especie de mazo. Ambos, terminan en curva. En la parte opuesta es de superficie plana y es ahí donde se golpea con ayuda del martillo. También sirve para alizar, curvar y estirar espacios internos y recodos de las piezas.


Los punzones son varillas de acero de diferentes tamaños y formas. Se utilizan para perforar el material caliente en el agujero punzonador del yunque y puede colocarse un hardie con un agujero para que calce el punzón. Los hay de diferentes formas y tamaños (dependiendo de la función) y pueden tener mango para golpear sin riesgos. Entre las más comunes se encuentran: el punzón de punta cilíndrico, el cuadrado , el de punta cuadrada  y el cilíndrico .

La horquilla dobladora y llave para doblar funcionan para hacer dobleces o volutas. La horquilla se compone de dos cabos de barra metálica soldados a una placa de hierro bien firme o una mesa, como se observan en el . También pueden estar clavados en una mesa de madera. La barra de metal caliente se coloca entre ellos y se dobla alrededor de la horquilla. Dependiendo de la separación de los pines de metal, será el tamaño de las volutas o la amplitud de los dobleces que se hagan.
La llave dobladora funciona igual que la horquilla: dos cabos de barra cortos y paralelos, soldados a una pieza larga, similar a la del dibujo, que funciona como palanca para doblar. Durante el proceso, debe prensarse el metal que se va a doblar y se manipula la llave con ambas manos. Si se requiere volutas iguales se hacen moldes para que el doblez vaya calzando.


En cuanto a las remachadoras cabe decir que los remaches grandes se hacen pasando varillas de metal a través de la pieza perforada y dejando que sobresalga un extremo para aplastarlo con la encabezadora.
La encabezadora se le llama a la barra metálica a manera de punzón con un agujero un poco más grande al tamaño de la varilla, que servirá de remache. En ella, se introduce la punta de la varilla previamente puesta a calentar y se golpea el extremo con el mazo. Al correrse el metal, se aplasta y adapta a la forma más ancha del agujero formando la cabeza del remache. En ocasiones, se coloca una pieza de sujeción en el agujero del hardie para afirmar el extremo el remache que ya ha sido encabezado.


Existen diseños diversos de tenazas y con tamaños de acuerdo con su función. Lo indispensable es que sean fuertes y con un agarre firme, algunas tenazas perro, proporcionan un agarre muy fuerte pero en su mayoría son cortas y con ellas se trabaja muy cerca de la pieza caliente.
Por su lado, las tenazas ahuecadas  funcionan para tomar varillas o piezas cilíndricas. Pueden ser de diferentes tamaños y ser cilíndricas o cuadradas. Las cuadradas son capaces de sujetar firmemente varillas, tanto cilíndricas como cuadradas.
Las tenazas planas  funcionan para sujetar distintas laminas de metal. Al cerrar con fuerza la mano que tiene la tenaza, ella puede quedar un poco abierta o completamente cerrada. Lo anterior se da con el propósito de sujetar firmemente piezas de metal más gruesas, que no quedarían seguras si la tenaza fuera completamente cerrada. Las tenazas de levantamiento  funcionan para sacar objetos del fuego, (en especial los más pequeños). Además, pueden sujetar varillas o remaches en forma transversa para el engrosamiento de sus extremos mientras se golpea el metal con el martillo. Las tenazas de caja , impiden que el metal se mueva hacia los lados. Este tipo de herramienta puede hacerse adaptando unas tenazas planas al soldarles dos caras laterales.



Las prensas que se requieren, deben ser resistentes a los golpes constantes y a la presión del metal al ser doblado. Una prensa muy pequeña, se dañaría fácilmente. La prensa de banco puede resultar muy firme y útil para este tipo de labores.
En cuanto a las ropas del herrero, los elementos que se requieren son: delantal de cuero grueso (desde el pecho hasta un poco más abajo de las rodillas), zapatos protectores (de cuero grueso y punta de acero), guantes de cuero, gafas de protección, ropa (un tanto ceñida al cuerpo) y de tela que no sea propensa a incendiarse como los textiles sintéticos.



martes, 22 de enero de 2013

La fragua


La técnica de la forja exige el uso de ciertas herramientas indispensables y que, en su mayoría, pueden ser confeccionadas por el artista, lo cual resulta más económico en comparación con otras técnicas escultóricas. Las primeras herramientas obviamente deben ser conseguidas por otros medios, además de que se requiere cierta pericia técnica para su elaboración. Entre las herramientas básicas se encuentra la fragua que es un recipiente en el cual se coloca el carbón y que posee una entrada de aire que alimenta el fuego. La fragua puede ser circular o cuadrada y estar construida con lámina de hierro, hierro colado, piedra o ladrillos.



Las paredes de la fragua deben tener cierta altura para que almacene el carbón y brinde una buena temperatura, aunque más de treinta centímetros sería demasiada altura. Además, se pueden realizar con una doble hilera de ladrillos refractarios. De esta forma pueden cerrarse un poco o abrirse si la pieza que se está forjando así lo requiere.
El tubo que alimenta el fuego debe tener una salida en la parte inferior del fogón y pasar por entre el material refractario donde ha de estar colocada una tapa de hierro con agujeros que den directo al carbón. En la parte baja de la fragua es ideal una compuerta para remover cenizas y escorias acumuladas




El fondo de la fragua debe Preferiblemente estar recubierto con material refractario con el fin de prolongar la vida útil de la misma y evitar el recalentamiento del recipiente para dejar libre la entrada de aire.
Una fragua compacta puede tener alrededor de unos sesenta centímetros por sesenta centímetros, a diferencia del fogón de herrero clásico, que es de unos ciento cincuenta por ciento veinte centímetros.
Una campana móvil con un tubo encima, puede ser colocada sobre el fuego con el fin de recolectar el humo, conservar un poco mejor el calor y observar, debido a la sombra que produce, los niveles de coloración del metal.
El fuelle o soplador, consiste en un mecanismo utilizado para impulsar el aire que alimenta el fuego pasando un conducto bajo fragua. Lo ideal es que sea un mecanismo que pueda ser graduado rápidamente. El clásico fuelle de mano exige un esfuerzo del operador y quizás hasta un asistente. El ventilador manual permite un flujo de aire constante y graduable con facilidad aunque también requiere esfuerzo físico. Por su parte, los sopladores o ventiladores eléctricos ahorran esfuerzo y se pueden graduar fácilmente con una llave de paso. Es posible emplear un compresor conectado a la fragua con el uso de una llave de paso que regule el aire como se observa en la imagen siguiente. Ésta es una opción efectiva; también es viable el uso de un ventilador con diferentes velocidades. 


viernes, 18 de enero de 2013

Edad de Hierro en Europa


En Europa los primeros en experimentar la transición de los metales más blandos hacia el hierro son los pueblos de la cultura de Hallstatt, entre los siglos VIII y V a.C. Estos pueblos se ubicaron en Europa Central, Francia y los Balcanes. Se trató de una cultura guerrera con asentamientos fortificados y una estratificación marcada. Dicho cambio, implica la entrada de Europa a la Edad de Hierro.


Se generó una clase guerrera enriquecida debido al armamento superior que les brindó el hierro y que, debido a su fortaleza, dominó gran parte de Europa. La mayoría de esta clase guerrera estuvo formada por Celtas que, por medio de sus conquistas, consiguieron extenderse hasta el centro del continente (Francia, el norte de España, las Islas Británicas y parte del este de dichas tierras)

 El período de La Tène o La Segunda Edad de Hierro que va del l475 al 18 a.C. Durante este período, el hierro tuvo un auge aun mayor porque las armas forjadas brindaron poder militar; pero la versatilidad del material, permitió que se aplicara en herramientas de labranza y cocina, así como en clavos y herramientas de carpintería. Además, se almacenaba en lingotes, se forjaba tanto en comunidades grandes como en las pequeñas y se comerciaba hierro entre distintos pueblos; entre ellos los romanos, quienes contribuyeron a su rápida difusión.

  
Historia-del-Fuelle

Inicio de la forja en china


En China, se trabajó el hierro con gran aceptación y se utilizó un procedimiento similar al de Medio Oriente, pero debido a las propiedades químicas del material encontrado, ahí se logró fundir a temperaturas menores, gracias al alto contenido de fósforo y a los avances tecnológicos alcanzados por esta cultura. Entre estos avances, cabe mencionar por ejemplo el fuelle doble, que hizo que los chinos lograran fundir su hierro en el 550 a. de J.C. y obtuvieran por primera vez hierro colado, centurias antes que en el viejo continente.


 El fuelle doble mantenía un flujo de aire constante, pues poseía dos compartimientos para almacenar aire y al impulsar el aire de uno, recargaba el otro y al recargarlo nuevamente impulsaba al primero. De este modo, se obtenía un proceso continuo, el doble de efectivo, que permitía alcanzar mayores temperaturas, forjar acero e incluso fundir y/o fundir el hierro.

jueves, 17 de enero de 2013

"Edad del Hierro Era de Guerras"


 El bronce es la aleación metálica más usada del mundo antiguo. Se requiere de una 
cultura conocedora de las técnicas del trabajo en cobre y bronce para que se consiguiera desarrollar la tecnología requerida para la explotación del hierro. El punto donde se origina la extracción y procesamiento del hierro es difícil de precisar con exactitud, tanto por la posibilidad de que el proceso de la extracción del hierro se diera de forma simultánea en distintos pueblos, alejados geográficamente y además porque el hierro ya se encontraba en cantidades abundantes en casi todo el mundo. Incluso se cree que los primeros fragmentos de hierro no requirieron de una labor de minería sino que más bien fue recogido del suelo en zonas donde abundó el material y lo que posteriormente requirió fue el desarrollo de la técnica para labrar el material



De hecho, los estudios concuerdan en que fue en Oriente donde se originó esa técnica para trabajar el hierro. Algunos, sostienen que a raíz de los conocimientos técnicos para trabajar otros metales como: el oro, el cobre, la plata y la aleación del bronce, se descubrió el hierro como un sub-producto de estas fundiciones. Quienes conocen de la avanzada metalurgia China, le atribuyen a esta cultura el descubrimiento del hierro, incluso siglos antes que a los europeos. No obstante, la cronología arqueológica muestra que se usó generalizadamente el hierro en las montañas de Armenia y en la región de Anatolia (actual Turquía). En este último sitio, se consiguió la extracción del mineral hierro por parte de los Hititas y se trabajó a partir del material en bruto, por medio de un alto calentamiento. El material resultante, se martillaba para que fuese consolidado.
Por sus cualidades físicas de maleabilidad y dureza, así como la gran cantidad de mineral disponible, el hierro empieza paulatinamente a tomar el lugar del bronce. La transición hacia la Edad de Hierro en Oriente se dio paulatinamente del siglo XII al V a. C. Los hititas, altamente militares, rivalizaron con los babilonios, asirios y los egipcios, por lo que apuraron el uso del hierro en la guerra y así, este tipo de arma llegó a sustituir a las de bronce. Luego de que desapareció el imperio Hitita fue posible la generalización del hierro a territorios más amplios.
Por su lado, los herreros obtuvieron acepciones negativas, lo mismo que positivas en todas las culturas, quizás por su vinculación a la guerra y sus males, con lo cual fueron etiquetados en diferentes partes del mundo como gigantes o demonios, tanto civilizadores como destructores.